Ordo Fratrum Minorum Capuccinorum ES

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updated 4:51 PM UTC, Apr 18, 2024

Arsenio de Trigolo fue proclamado “Beato”

El sábado 7 de Octubre en la Catedral de Milán

El Cardenal Amato: «El Padre Arsenio era un sacerdote orgulloso de su vocación y de su apostolado… Amaba la oración, el sacrificio, el trabajo. Era un apreciado maestro de vida espiritual y un experto confesor».

Milán, 7 de octubre. Un bonito día de sol, en un otoño apenas iniciado, el fraile capuchino P. Arsenio de Trigolo, fundador de las Hermanas de María Santísima Consoladora, fue elevado al honor de los altares. El Cardenal Ángelo Amato, Prefecto de la Congregación para el culto de los Santos, junto al nuevo Arzobispo de Milán, Mons. Mario Delpini y a numerosos obispos, y en la presencia del Ministro general de los Capuchinos, fr. Mauro Jöhri, y un centenar de frailes y sacerdotes, presidió el sacro rito de la beatificación, delegado para esto por el Papa Francisco. La Catedral, con el bosque de sus pináculos y la belleza de sus vitrales polícromos, hizo de encantador escenario a la inusual celebración, acogiendo en su seno una multitud de fieles, de religiosas y de frailes, provenientes de los conventos de Lombardía y de otras partes de Italia. Entre estos, merecen ser nombrados el Postulador general de la Orden Capuchina, fr. Carlo Calloni, y sus colaboradores, a los que se debe en gran parte el mérito de llevar a su culminación la Causa del actual Beato. En este mes de octubre también un beato, Ángel de Acri, será canonizado en Roma, y en el mes de noviembre otro fraile, Solano Casey, el primero en los Estados Unidos de América, será proclamado Beato.

Alguna alusión biográfica del nuevo Beato. Arsenio de Trigolo nació el 13 de junio de 1849 en Trigolo (Cremona) y fue bautizado con los nombres de José Antonio Migliavacca. En 1874 fue ordenado sacerdote y destinado como coadjutor en distintas parroquias de la diócesis de Cremona. En 1875 pide y obtiene la entrada entre los Jesuitas. Pero luego de varias experiencias formativas, fue enviado a Venecia. La Compañía lo dimite. Luego fue a Turín, donde el Arzobispo le encarga seguir a un grupo de aspirantes a religiosas: serán el primer núcleo de la nueva Congregación de las Hermanas de Marías Santísima Consoladora. Desde Turín Padre José se traslada a Milán para guiar a la comunidad de las religiosas allí residentes.

Luego de varias vicisitudes, Padre José pide entrar entre los Capuchinos y luego del año de noviciado en Lovere (Bérgamo), donde toma el nombre de P. Arsenio de Trigolo, en 1903 fue transferido al convento de Bérgamo, donde permanecerá hasta el día de su muerte, el 10 de diciembre de 1909.

El P. Arsenio sufrió muchas pruebas durante su vida terrena. La más dolorosa fue la de la dimisión de la Compañía de Jesús. También mientras estaba a la guía de la nueva Congregación llegó nuevamente la prueba, quizás la más humillante: en Milán, las mismas religiosas, basadas en falsas acusaciones, pusieron al Card. Andrés Ferrari en la necesidad de alejarlo. Fue en ese momento que pide entrar entre los Capuchinos y, luego del noviciado, continuó dedicándose a la predicación y las confesiones, conservando y mostrando gran serenidad y escondiendo aquello que de bien había hecho en su vida.

En su bella carta, escrita a los hermanos en ocasión de la beatificación del P. Arsenio, el Ministro general, concluía así: “el beato Arsenio de Trigolo, se suma a la larga lista de santos y beatos de la Orden, cada uno con su propia historia y con su propia peculiaridad. El beato Arsenio en su huella de jesuita y capu¬chino nos recuerda a todos algunos elementos típicos de de una y de otra espiritualidad. Ha¬ber sido inspirado por el deseo de hacer todo para la mayor gloria de Dios es el corazón de la enseñanza de San Ignacio, mientras que la alegría perfecta de llevar las tribulaciones, las injurias, las calumnias, siempre dando gracias a Dios reconociendo que antes de amar a Dios, es Dios quien primero ha amado, es Francisco que enseña y forma. En esta doble vestimenta, el beato Arsenio nos indica a los frailes que la primera obra que se debe hacer es la fe en Cris¬to, el único que da gloria a Dios y que sólo en la alegría se puede llevado al mundo”.

Por su parte, el Cardenal Amato dijo en su Homilía: «El Padre Arsenio fue un sacerdote orgulloso de su vocación y su apostolado de bien… Amaba la oración, el sacrificio, el trabajo. Fue un apreciado maestro de vida espiritual y un experto confesor». «Las virtudes de la humildad y de la caridad fueron columnas portantes de su espiritualidad», dijo el Cardenal. «Fue el primero a vivirlas». Recomendaba frecuentemente: “sed humildes, no temáis en abajaros”.

Al finalizar el rito Mons. Delpini, nuevo Arzobispo de Milán, tomó brevemente las palabras, donde contó que conoció la figura del padre Arsenio, hace muchos años, en un Curso de Ejercicios Espirituales. «Él siempre hizo el bien en lo secreto, y considero que hoy esté haciendo alguna gracia escondida. Aprendamos a serle agradecidos y a configurar nuestra vida en sus virtudes, de modo que den fruto en nosotros».

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Ponemos a vuestra disposición el material de la beatificación del beato Arsenio y otros materiales recogidos en esta ocasión. Cliqueando en el link de abajo podréis acceder a Google Disk, donde se encuentra todo el material y en alta resolución: fotos y más elementos. El material puede ser utilizado (internet e impresión) en todas las publicaciones. Os agradecemos que indiquéis que el material proviene de: “Archivo www.ofmcap.org”.

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Modificado por última vez el Viernes, 10 Noviembre 2017 16:18