Ordo Fratrum Minorum Capuccinorum ES

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updated 11:54 AM UTC, Mar 20, 2024

San Leopoldo Mandić, patrono de los enfermos de tumores

Roma. Con ocasión de la 72ª Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana (CI), celebrada en el Vaticano del 12 al 15 de noviembre pasado, se debatió “la aprobación en su conjunto de la traducción de la tercera edición italiana del Misal Romano” (cosa que los medios se refirieron con abundancia, sobre todo con respecto a la nueva traducción del Padrenuestro), pero también se decidió, como dice el comunicado final de la Conferencia, “la institución de dos Santos Patronos. El primer pedido nombra a san Leopoldo Mandić como patrono de los enfermos oncológicos. Desde los años 80 de siglo pasado, muchos médicos, enfermos y sus familiares se hicieron portavoces del deseo de poder invocar de modo especial a este santo por una realidad de sufrimiento – el tumor – que en nuestro tiempo está cada vez más difundido y es angustiante. Los promotores del pedido, sostenidos por muchos fieles [la petición fue suscrita por 67.000 firmas, N. del R.], subrayaron como san Leopoldo – que sufrió mucho por esta enfermedad, afrontándola con serenidad, espíritu de fe y abandono en la bondad divina – pude ser mostrado como ejemplo en la prueba de la enfermedad y como un intercesor delante de Dios para invocar el don de la sanación”. Como es conocido el P. Leopoldo tuvo que sufrir mucho a causa de las precarias condiciones de su salud, además de sufrir por su minúscula estatura (parece que midió apenas 1,35 metros) y a la tartamudez que le hacía dificultosa la conversación. Sabemos que en abril de 1942 se recuperó en el Hospital de Padua, donde le habían diagnosticado un tumor de esófago. “Si el Señor me quiere, que me lleve”, dijo, agregando un deseo: “El Señor me lleve en la brecha” porque, decía, “un sacerdote debe morir en los trabajos apostólicos, no hay otra muerte digna de un sacerdote”.

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Para quien no lo conoce, recordamos que San Leopoldo (1866-1942) fue un fraile capuchino de origen dálmata y perteneciente, como religioso, a la Provincia Véneta. En Padua, desde 1909 hasta su fin, desarrolla en una minúscula celada el ministerio de la misericordia, llegando a su confesionario innumerables personas, deseosas del perdón de Dios. Por esto fue llamado el “confesor de Padua”. Hubiese querido ser misionero de sus hermanos croatas, pero la Providencia no se lo permitió, y se transformó en misionero en el confesionario. Sus penitentes, como escribe el Postulador fr. Carlo Calloni, subrayaron su “singular modo de acogida”, su “delicadeza imperturbable”, su gran “sentido de comprensión”, su “comprensión también con los más pobres y humildes”, su “corazón grande”, su gran “humanidad en la escucha”.

La segunda petición, recibida por la CEI, se refería a Santa Rosa de Viterbo, declarada “patrona de la Juventud Franciscana de Italia. Se trata de una jovencísima laica, muy cercana a los ideales de San Francisco de Asís, muerta en 1251. Hoy es propuesta como modelo de vida evangélica a imitar para caminar en el camino trazado por el Pobrecillo de Asís y por santa Clara y ser sostenidos en un camino de vida cristiana coherente y valiente”.

Luego del voto positivo de la CEI falta sólo un paso, es decir el sello oficial de la Congregación vaticana para el Culto Divino.

Finalmente os invitamos a hacer una peregrinación virtual a los lugares de san Leopoldo: en Padua y a Herceg Novi (Castelnovo).

 

Modificado por última vez el Jueves, 13 Diciembre 2018 16:11