Copia de Ordo Fratrum Minorum Capuccinorum ES

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updated 3:02 PM UTC, Jan 15, 2025

Presencia capuchina en Japón

Los Capuchinos están presentes en el País del “Sol Naciente” hace más de 70 años, con una hermosa historia de entrega y servicio de tantos frailes. La misión fue confiada a la Provincia de Santa María (Nueva York - Nueva Inglaterra) de los Estados Unidos, que mantuvo una significativa presencia sobre todo en Okinawa. Actualmente nuestros hermanos están también en las diócesis de Fukuoka y de Saitama (cerca de Tokio).

Desde el año 2000, la provincia de Karnataka (India) colabora con el envío de misioneros a Japón. Hoy están presentes dos frailes norteamericanos (uno de ellos es el obispo de Okinawa), dos japoneses y diez indios. Para los que llegan, los dos primeros años son para el estudio de la lengua ¡con todos sus signos y sonidos! Es admirable el dominio que los hermanos indios -algunos hace más de 20 años que están allí- tienen de la lengua local, y esto es absolutamente necesario porque el servicio pastoral que realizan en más del 80% es en japonés.

Las comunidades católicas no son muy grandes y estás dispersas. Por lo que hay tantas iglesias en las ciudades y pueblos que congregan pequeños grupos de fieles, y nuestros hermanos los asisten. En algunos de estos centros, especialmente en la diócesis de Saitama, también hay comunidades de inmigrantes, donde se celebran misias mezclando el japonés con las lenguas de origen (vietnamita, filipino, inglés…). Es un gran desafío, decía uno de los obispos, vivir la misión yendo también al encuentro de los que no conocen a Cristo; ser creativos, estar con los jóvenes, ser una Iglesia en salida. Nuestros hermanos, además, colaboran en algunas escuelas y en un centro de apoyo a extranjeros y sin techo.

 Ciertamente también estar en Japón, nuestro gran desafío como capuchinos misioneros, es servir a la Iglesia con nuestro carisma: fraterno, minorítico y contemplativo, sin dejar que los servicios pastorales oscurezcan la belleza de nuestra vocación en la Iglesia, porque este es nuestro mejor modo de colaborar en la construcción del Reino de Dios.

 Damos gracias a Dios por el bello testimonio de estos hermanos presentes en Japón. Pedimos al Señor que los cuide en su santo servicio y bendiga nuestra presencia con vocaciones. Además, recordamos que, si «por divina inspiración», otros hermanos de cualquier lugar del mundo quieren donar su vida en la misión del Japón, deben hacerlo saber. Paz y bien. 

Modificado por última vez el Sábado, 30 Noviembre 2024 17:39

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